La tarea del recuerdo, la evocación de las vivencias, dentro de las técnicas aplicadas a la tercera edad y en especial a los que sufren Alzheimer, es una de las más beneficiosas, con destacables progresos en áreas cognitivas, sociales, anímicas y conductuales.
La terapia de reminiscencia, o intervenciones orientadas a las emociones, consiste principalmente en trabajar de manera individual o en grupo las experiencias del pasado con la ayuda de fotografías, objetos del hogar, grabaciones o canciones, juegos u otras pertenencias del pasado.
Muy recomendable para trabajar deterioros cognitivos más avanzados, ésta puede resultar beneficiosa para la reestructuración cognitiva y el humor, reducir la ansiedad y los comportamientos desafiantes.
Al trabajar la memoria remota, favorecemos la identidad del usuario y algo tan importante como la integridad, porque relaciona lo vivido, el pasado al presente, constituyéndose así en una vivencia de continuidad de historia de vida.
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